En
tiempos de constantes cambios causados muchas veces por la globalización de los
negocios y por profundas crisis económicas (recesión, caída de los mercados
internacionales, caída del precio de petróleo, endeudamientos, políticas
económicas gubernamentales, incertidumbre, entre otros) y sociales como las que
ha vivido el mundo desde principio del siglo XXI, hay empresas que muestran
alto desempeño en comparación con otras de su mismo ramo productivo, las cuales
no sólo subsisten frente a todas estas dificultades, sino que aun, mejoran sus
resultados; siendo este un atributo de la resiliencia.
Para
Sambrano (2010), la palabra resiliencia proveniente de la física, se refiere a
la capacidad que tienen los materiales de volver a su forma original después de
haber sido forzados a deformarse. Esta autora detalla, como las ciencias
sociales encontraron en este término una comparación adecuada para describir la
capacidad humana de enfrentar, sobreponerse y de ser fortalecido e incluso
transformado por las experiencias de fatalidad.
De
manera tal, al llevar esto al plano organizacional, puede decirse, que las empresas
resilientes son todas aquellas capaces de enfrentar cambios, adversidades o
problemas, tanto internos como externos, sin ser afectada su rentabilidad sino
que desarrollan una flexibilidad tal a través de diferentes procesos de rápida
adaptación, generando beneficios extras, derivados de esas situaciones
adversas.
Según
Minolli (2000), en Latinoamérica, las empresas Argentinas, son pioneras en la
manifestación de estas capacidades de éxito en el tiempo, dado que después de
la crisis a la cual se enfrentaran hace una década, se ha podido evidenciar un
número significativo de compañías volverse superiores a otras, manteniéndose
operativas y no sucumbiendo a los conflictos que muchas organizaciones no
pudieron resistir.
Según
autores como Chalvin y Eyssette (2002), el conflicto es una realidad importante
en la vida de toda empresa. Es algo inevitable, fatal, nunca se podrá suprimir;
cualquier teoría de la organización que proponga el consenso así como el buen
entendimiento general como datos normales y naturales de la empresa puede
parecer peligrosa e irreal, una fuente de esperanza injustificable y de
culpabilidad inútil. Por el contrario, parece ser posible mantener una dosis
aceptable de conflictividad, conocida como nivel tolerable, y un tiempo
relativamente corto de la no solución de conflictos.
Caso
similar se evidencia en las empresas del sector metalmecánico de la Costa
Oriental del Lago de Maracaibo, las cuales han sufrido los embates de las
políticas económicas empleadas en la actualidad, bien sea por el ejecutivo o por
el órgano legislativo nacional; siendo severamente afectadas por diversos
factores como la incertidumbre, temores para invertir, riesgo en la propiedad
privada, este último, incrementado luego del proceso expropiatorio del que
fuesen victimas las empresas con actividades inherentes a servicios acuáticos
en la subregión.
Todas
estas situaciones planteadas anteriormente, generan atrasos en los pagos por
parte de los clientes; del mismo modo los empleados se han visto afectados con
la ausencia de proyectos lo suficientemente rentables, que generen los
dividendos necesarios para la sostenibilidad en el tiempo de estas
organizaciones, dependientes en su mayoría de las actividades petroleras y que
su brazo financiero se vio duramente afectado por las gestiones administrativas
u operacionales de la estatal petrolera.
Igualmente
se puede evidenciar, fallas de comunicación, de estructura, organizacionales,
de ambigüedad de roles, escases de recursos, la incompatibilidad de metas e
incluso diferencias personales que conllevan a la aparición de conflictos,
tanto laborales como interpersonales; lo cual podría estarse presentando por la
falta de competencias resilientes en los lideres de los procesos claves de las
empresas del sector metalmecánico; entre estas competencias, se pueden
destacar: autonomía, autoevaluación, liderazgo, valores, responsabilidad, creatividad,
humor, iniciativa, toma de decisiones, entre otras, las cuales si son
potenciadas, colaborarían en mitigar la presencia de conflictos en las empresas.
En
concordancia con el párrafo anterior, las empresas metalmecánicas de la Costa
Oriental del Lago, intentan ir adaptándose en el tiempo, a las nuevas
necesidades de sus clientes, además de luchar con la competencia. Sin embargo,
el inconveniente más álgido lo encuentran en la inestabilidad económica que
atraviesan otras organizaciones contratantes de sus servicios, de continuar
esta situación sería sumamente complejo para las metalmecánicas poder continuar
adelante en sus operaciones, resultando por ello necesario conocer cuánto
aporte podría ofrecer la resiliencia en el manejo de situaciones de conflicto
que imperan en la labor diaria de sus gerentes de proyectos.
Por
estas y otras razones se hace necesario estudiar, la relación entre estas dos
variables, resiliencia y conflictos, a fin de orientar lineamientos modernos
capaces de prever escenarios críticos, permitir adaptarse a las nuevas
realidades, enfrentar los embates competitivos y superar los diferentes tipos
de conflicto que se puedan estar presentando para a su vez lograr trascender
ante todas estas situaciones; buscando así dar aportes a la industria
metalmecánica por ser esta, una industria de alta envergadura y de suma
importancia en este sector de producción por sus contribuciones fundamentales
al ramo petrolero.
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