jueves, 15 de marzo de 2012

Gerencia de calidad en la educación universitaria con miras a la búsqueda de la excelencia académica


Los principios de la calidad, no son nuevos, por el contrario vienen siendo puntos de interés dentro de pensadores que consideraban que a todos los servicios, productos o contextos, se los podía hacer de mejores maneras o con métodos mas óptimos, de allí derivo la idea de la calidad; posteriormente con todos los cambios que significo la revolución industrial, la masificación de la producción y el desarrollo de técnicas para obtener resultados superiores en los productos se le dio relevancia a los trabajos industriales con estándares de calidad, dando origen a propuestas de ingeniería como las desarrolladas en el seno del llamado milagro Japonés, que no solo impulso la economía de este país y de los países que tomaron este modelo, sino que permitió la cultura de calidad debido a la competitividad que surgió derivada de estos momentos específicos. 

De esta necesidad de lo optimo, no podía escapar el contexto educativo, inmerso tanto en la comunidad del conocimiento, arropada por la globalización; así como al ámbito empresarial, productivo, político, económico y cultural; que de igual modo ameritan que los saberes aportados por las instituciones de educación superior, cada día estén más aptos y cónsonos con los llamados estándares propuestos en la región, logrando formar profesionales aptos para la competencia internacional; pero por sobre todo ello, adaptados a la realidad social que vive el país, que esos conocimientos puedan ser efectivamente aplicados a dar respuesta a las necesidades más latentes que existen, provocando un impacto y garantizando así el desarrollo sustancial del país en su conjunto. El concepto de calidad de hoy debe adaptarse a las realidades mundiales, dado que en la actualidad no se puede aislar bajo ningún concepto lo que pueda estar sucediendo en la docencia, investigación y extensión en la esfera educativa internacional. 

Los métodos de calidad de educación deben ser establecidos precisamente por quienes ejercen la educación, dado que en la mayoría de nuestros países encontramos la triste realidad, que legisladores, aislados de la realidad académica, llegan a disertar sobre temas ajenos a ellos, produciendo graves daños a los modelos educativos nacionales, con propuestas que no se encuentran enmarcadas en las realidades docentes; es por ello que el concepto de calidad debe ser un producto que nazca del seno de la universidad, dando suma importancia a lo social, no olvidando conceptos como la apreciación y que ello se pueda traducir en elementos manejables dentro de un procedimiento de evaluación y de esta manera poder emplear a la calidad en una estrategia de superación para la mejora de la competitividad y de su desempeño de manera general. 

Desde mi postura, considero que pese a que la tradición universitaria en nuestro país cuenta con poder importante, así como con experiencia suficiente, en la última década y en algunos sectores de la vida universitaria, se han diversificado los criterios, lesionando los avances que existían en materia de gerencia de calidad universitaria en el país. Pese a que el Consejo Nacional de Universidades, cuenta con 64 años de fundado, esto no ha sido limitante para recibir a la pluralidad que siempre ha caracterizado la universalidad de los estudios superiores; es por ello que hoy en día nos encontramos con grandes debates de acuerdo a la visión de universidad que los Venezolanos queremos y sobre todo del perfil de los egresados de estas; dado que estas nuevas tendencias han generado, en muchas oportunidades situaciones permisivas en cuanto al nivel académico que demanda la sociedad de la universidad.

Por otra parte no se puede englobar en esta situación a todas las casa de estudios superiores, dado que la universidad privada también ha mostrado gran interés en hacer las cosas con eficiencia, prestando un servicio de calidad; iniciativas como la evaluación y el monitoreo de los docentes, mediante varios métodos que van desde la apreciación del alumno hacia la calidad de enseñanza de sus profesores, hasta la supervisión directa de los educadores para garantizar que se están cumpliendo los objetivos; así como la labor que emprenden los cuerpos académicos al revisar los programas de estudios que imparten las universidades, son solo algunos ejemplos de cómo la universidad procura acciones tangibles para alcanzar la calidad, manteniendo mejora continua.

De igual modo, para nadie es un secreto, la situación generada con la aparición de una nueva ley de universidades que pese a ser discutida y aprobada por el poder legislativo, no fue promulgada por el poder ejecutivo, por considerar que el instrumento legal, aun ameritaba otra revisión, pues no satisfacía a todos los sectores de la vida universitaria; como tampoco es desconocido que recientemente, se han creado programas de estudios superiores para satisfacer la demanda, de las necesidades del país, pero que no cuentan con el respaldo de importantes sectores académicos, movidos por la experiencia, las capacidades que poseen y por sobre todo por la etica que los caracteriza; por dudar de la calidad de estos nuevos programas, en comparación con los ya existentes.

Es por ello que puedo definir la gerencia de calidad universitaria venezolana en este momento específico de la vida del país, como en un arduo proceso de revisión, reestructuración y contraposición, motivado por las diversas posturas que enmarcan el contexto académico nacional y por la necesidad de dar respuesta a la demanda hecha por nuestra sociedad, quien anhela educación de calidad para todos.

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